“Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes,
ese montón de espejos rotos.” – Jorge Luis Borges (1899 – 1986)
El pasado 22 de julio, nuestro Colegio VID cumplió 40 años de memoria colectiva, de proyecto institucional. Un proyecto de vida consagrado a la formación de ciudadanos íntegros, creyentes en la evangelización de la cultura a través de la enseñanza de habilidades para la vida. Si bien, esta fecha nos recuerda el punto de fuga de nuestro proyecto educativo institucional, es importante detenernos y reflexionar sobre los aspectos subyacentes a las efemérides.
Por definición, “efemérides” es un acontecimiento notable que se recuerda en cualquier aniversario. En ese sentido, sería el aniversario de una fecha como el 22 de julio de 1980; día que la CONGREGACIÓN MARIANA emprende el proyecto “Jardín Infantil La Sonrisa” en el barrio Córdoba. Sin embargo, lo significativo de ello no es, únicamente, la razón social y proyecto educativo que comprende el COLEGIO VID, Obra de la Congregación Mariana; es lo que comprende, en términos humanos, la construcción colectiva de una memoria que, como la de un niño, ha grabado las experiencias sensibles y por sobre todo, acontecimientos, de una vida en razón del servicio al otro, testificada por congregantes, colaboradores, estudiantes y padres de familia… e incluso, representada por los objetos que componen el espacio físico.
A lo sumo, el pasado 22 de julio, nuestro COLEGIO VID conmemoró una serie de memorias colectivas que se circunscriben en el espacio-tiempo, que permiten comprender la forma como nuestra institución ha acometido los procesos formativos de varias generaciones y continúa, con ese espíritu humano y comprometido. Este año, conmemoramos 40 años de memoria colectiva desde la virtualidad.